Yo,cuando me siento siento pequeña me hago un ovillo en la cama,como si estuviese en el vientre materno,y cuando despierto del sueño,es como si naciese.Todos los pesares desaparecen.
Cómo se nota que esta entrada ha sido realizada un domingo, es el día creado para la pereza. Conociendo un poco al autor, no encaja de otra forma. A mí personalmente me gusta mucho practicarla, arrebujarse en el sofá, para poder seguir al día siguiente. Un beso
A veces, el no hacer nada, es hacer mucho... solo aquel que es capaz de distinguir y separar, pereza, calma,paciencia y olvido, es capaz de entender lo que intento expresar.
La contemplación es estupenda, y a los hiperactivos les parece una pérdida de tiempo.
ResponderEliminarUn beso
Yo,cuando me siento siento pequeña me hago un ovillo en la cama,como si estuviese en el vientre materno,y cuando despierto del sueño,es como si naciese.Todos los pesares desaparecen.
ResponderEliminarCómo se nota que esta entrada ha sido realizada un domingo, es el día creado para la pereza. Conociendo un poco al autor, no encaja de otra forma. A mí personalmente me gusta mucho practicarla, arrebujarse en el sofá, para poder seguir al día siguiente. Un beso
ResponderEliminarA veces, el no hacer nada, es hacer mucho... solo aquel que es capaz de distinguir y separar, pereza, calma,paciencia y olvido, es capaz de entender lo que intento expresar.
ResponderEliminarUn Abrazo(amplio) Ramón.
Adoro rendirme a la pereza, es tan gratificante...
ResponderEliminarBesos mil!!!
Elvira, me declaro culpable: tiendo a la actividad. Pero ¡¡qué bien sienta de vez en cuando, el dolce far niente.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario.
Hacerse un ovillo uno consigo mismo!!. Y afuera que llueva o truene.
ResponderEliminarMaravillosa sensación.
Que malo es conocerse, TORPE.COM.
ResponderEliminarPues sí, entrada de domingo por la tarde.
Un beso
Ufff... practico con frecuencia.
ResponderEliminarEl mucho correr no es buena cosa.
ResponderEliminarAdministremos la pereza en su justa dosis.
Un saludo.