EL MUÑECO
Tu triste mirada de cristal parece que adivinase que has pasado a ser un recuerdo más.
Uno de esos recuerdos que hacen daño.
Tu triste mirada de cristal parece pedir un lugar al sol y no el fondo de un cajón olvidado.
No hay clemencia para ti, pequeño monigote de trapo.
La vida no siempre te da la respuesta.
Y desde ahora ese es tu lugar.

Qué tierno, has sabido captar esa tristeza con la luz y el encuadre.
ResponderEliminarCuando era adolescente, 12 o 13 años, le hice un poema ripioso a mi muñeco favorito y este peluche y tu texto lo han traído a mi memoria.
Un poema que acababa así, y ya anunciaba ese abandono.
...pero te miro despacio,
y en un momento comprendo,
que a pesar de ser mi amigo,
sólo eres un muñeco.
Lo que no debemos dejar en el fondo de cajón es nuestra capacidad de soñar e inventar, como cuando éramos niños.
Un beso,
La adolescencia es una edad muy apropiada para los ripios, tan ordenaditos ellos.
ResponderEliminarDespués con el paso del tiempo nuestras rimas se vuelven menos cantarinas pero estoy de acuerdo, Tesa, no perdamos ese punto de inocencia y sobretodo conservemos intactas las reservas de ilusión.
Un beso
Y es que aunque no se reproducen, los peluches también nacen y mueren.
ResponderEliminar:)
Besos.
(la otra Tesa)
Aunque os creamos nosotros terminen teniendo vida propia... o lo parece.
EliminarUn beso, "otra Tesa."
Vienen a la mente hasta los olores del pasado, la ropa con que te vestían de niña, los cuentos, los lloros, los secretos que contabamos al muñeco que "...años después" ahí está.
ResponderEliminarEs bonito y doloroso recordar
Por lo que veo, sigues viniendo por aquí. Se agradece aunque como ves hay poco ambiente en estos últimos meses.
EliminarMezcla de recuerdos, tristezas, alegrías pasadas. Detonante de sentimientos.
Un beso.
Te deseo un feliz año, estimado amigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias, maestro. Feliz año para ti.
EliminarUn abrazo!