Dos mil once
2011. El taller de la vida, chanclas
Ahí estan todas las cosas, ante nuestros ojos, en el taller de nuestra vida.
Los estantes estan repletos. Polvorientos y descuidados. Tanto que a veces nos cuesta encontrar lo que realmente necesitamos.
Hay que recordar donde lo pusimos y buscar con atención.
Ya veo. Aquí están los recuerdos. Los que a veces hacen daño, los que siempre acompañan..
Ya veo. Aquí están los recuerdos. Los que a veces hacen daño, los que siempre acompañan..
Ahí sigue la música y la familia y los amigos, escasos si buenos.
Y mis queridas pelis antiguas y mi caja de atrapar instantes.
Y el viento y la sal en la cara y la luz del atardecer y la compañía y la soledad que acompaña y todas las luces y sombras de nuestra sustancia.
Y ahí casi escondido el reloj. Siempre el reloj. El que nos recuerda que el tiempo no respeta y que debemos aprender a dar marcha atras cuando un camino no tiene salida para buscar otro nuevo.
Y mis queridas pelis antiguas y mi caja de atrapar instantes.
Y el viento y la sal en la cara y la luz del atardecer y la compañía y la soledad que acompaña y todas las luces y sombras de nuestra sustancia.
Y ahí casi escondido el reloj. Siempre el reloj. El que nos recuerda que el tiempo no respeta y que debemos aprender a dar marcha atras cuando un camino no tiene salida para buscar otro nuevo.
Caronte y su barca pueden seguir esperando.
Brindo por ti dos mil once.
Pues que en ese taller de la vida se sigan fabricando buenos momentos.
ResponderEliminarFeliz Año.
Que en este nuevo año sigamos atesorando recuerdos, momentos, amigos,... y que siempre encontremos el camino.
ResponderEliminarFeliz año.
Me gusta mucho este post.
Un abrazo
Muy acertado el titulo de la obra: <> pero no acaba aquí el relato... empieza y si bien a veces hay que dar marcha atrás cuando cuando el camino no tienen salida, también es cierto que ese camino es la continuación de otras nuevas experiencia y aprendizaje. El taller de la vida, es un titulo que me gusta, lleva todo una pedagogía en su interior que solo es apreciada por aquellas personas que saben "ver" las sombras, las luces de esa sustancia de la cual comentas respetado Chanclas.
ResponderEliminarFeliz año (Y por muchos) Ramón.
No me gusta hacer balance a final de año, antes los hacía, cuando me sentía con más fuerza para mejorar los errores ó intentar modificar las cosas podía mejorar.Con los recuerdos ya no puedo hacer nada, vienen y van.Ahora me gusta brindar por el año nuevo y por los míos.(Es muy bonita la foto)
ResponderEliminarSeguro que así será Tesa.
ResponderEliminarEstán los ingredientes y no faltan las ganas.
Susan,
ResponderEliminarcomo decía aquella de Beatles "con la ayuda de la amistad"
Un bes
Todo es camino Ramón. Desde que empezamos hasta que llegamos. Y precisamente por no ser ni recto ni único (resultaría aburrido ¿no crees?) algunas veces nos encontramos que aquel que estabamos recorriendo no tiene salida.
ResponderEliminarSeguiremos en el camino Ramón.
Un abrazo.
Eso de los balances anuales, Torpe.com, es casi inevitable, creo yo.
ResponderEliminarEl paso del tiempo alisa las aristas y eso permite ver las cosas con otra perspectiva. Y aunque se sufre menos se sigue sufriendo por lo que se perdíó o por lo que no fué.
Un beso.
Sin duda es el tiempo el que nos tiene que dar fuerza para poder reaccionar a tiempo, para darnos cuenta antes de los errores y para poder rectificar sin que sea muy tarde.
ResponderEliminarSaludos
Me uno al propósito.
ResponderEliminarEsos estantes ademas tienen acumulada la experiencia y el tiempo que permite ver las cosas con la calma necesaria para darnos cuenta de las cosas importantes de nuestra vida.
Un abrazo
Amigo chanclas... en este 2011 confio en tener un poco mas de tiempo para el blog...
ResponderEliminarun abrazo Capitán...
Así es Aretusa, el tiempo y la voluntad.
ResponderEliminarMe alegra de tenerte por aquí.
Mis mejores deseos para ti en este nuevo año.
Jan hay veces en los que el corazon se pone por delante de la razón y eso no deja ver con claridad.
ResponderEliminarPor eso hay que sentarse, reflexionar, volverse a sentar y volver a reflexionar. Tantas veces como sean necesarias.
Me alegro de tu visita.
Saludos.
Así sea Nano, así sea.
ResponderEliminarSe te echa de menos de modo que a repartir un poco el tiempo ¿vale?
Un abrazo.
De vez en cuando hay que hacer limpieza en el taller de la vida y soltar lastre para guardar sólo lo que nos hace sonreír o emocionarnos.
ResponderEliminarPreciosa la luz de esa ventana derramándose sobre el taller.
Un beso,
Pero qué rincón tan delicioso, ese donde tenemos los baúles y los viejos poemas, y los sellos y fotos de los abuelos, y hasta risas si escuchamos las paredes y silencios que cuentan más que miles de palabras. Rincones de calma e interiores, de memoria, fresas y amores.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz año!
Me ha encantado la foto, y el texto que la acompaña, muy sugerente.
ResponderEliminarSaludos