Todo es nuevo en Nueva Montaña.
Era un poco nuestro belén.
¡Vaya dos! Un padre agnóstico hasta las cejas y un hijo de... ¿cuantos años tenías 6, 7 ? al que no hacía falta adoctrinar porque venía de serie.
Sin embargo cada año nos escapábamos, siempre por la noche a ver el belén. Era un belén diferente, con figuras grandes de madera pintada como recortables gigantes. Los escasos focos silueteaban con igual imperfección al San José que a las ovejas pastando la hierba del cuidado jardín que la rodeaba.
Aquellos fugaces instantes que pasábamos allí se me quedaron grabados. Eran uno de esos raros y escasos momentos que yo sentía nuestros. Cuanto me gustaría saber que significaron para ti.
El barrio se llamaba, aun se llama, Nueva Montaña.
Zona de marismas ganadas a la bahía de Santander en las que se asentó una industria de fundicion NUEVA MONTAÑA QUIJANO.
Y "mi belén" estaba en su iglesia.
Barrio de trabajadores que hicieron su vida alrededor de aquella fabrica que dio trabajo a varias generaciones.
Barrio de trabajadores que hicieron su vida alrededor de aquella fabrica que dio trabajo a varias generaciones.
Hoy la fabrica ha cambiado de nombre pasando a tener uno de esos de multinacional que tanta intranquilidad produce algunas veces porque uno ya no sabe muy bien quien es su dueño.
¡Qué tiempos aquellos en los que uno conocía la cara de su patrón!.
La ciudad se fue acercando tanto al humilde barrio que inevitablemente resultó engullido por ella.
Y como suele suceder en estos casos, una gran empresa, esa que nos anuncia cuando es primavera, pensó que era muy buen lugar para situarse.
El ansia de modernidad mal entendida que enloquece a nuestros dirigentes hizo que la iglesia, y mi belén, sucumbiesen a la excavadora. De nada valieron las protestas de aquellas gentes que durante cincuenta años dieron entre sus muros la bienvenida al mundo a los recién llegados, se casaron y de allí salieron entre promesas de cielos y resurrección de la carne.
Eran pocos y mayores y no entendian.
Todo debía ser nuevo, el centro comercial, el barrio...las personas.
Ahora una nueva construcción se está levantando. Moderna, funcional, vanguardista.
Es como si fuese obligado empezar de cero. Como si hubiese que resetear la memoria colectiva.
Definitivamente aquellas sencillas figuras de contrachapado pintado no quedarán bien en esta iglesia tan guay. Y a nosotros dos no nos van a echar de menos, Lucas.
Una verdadera pena como nuestras ciudades van "hipotencando" su personalidad y pierden muchos de sus rasgos de identidad. Todavía recuerdo perfectamente el campo de fútbol que había donde hoy se levantan los pisos. Supongo que será el peaje que hay que pagar por el progreso. En cualquier caso una lástima.
ResponderEliminarTremenda entrada, Chanclas, muy bien narrada. Es lamentable lo poco que se valora en este país nuestra historia, el legado, la memoria ... todo es pos de una modernidad que nos venden como imprescindible y que se descubre como falsa, carente de todo raciocinio y que, en la mayoría de los casos, tan sólo beneficia a unos cuantos, los de siempre.
ResponderEliminarPero, ¿hasta cuando? ....
un abrazo
Hoy en dia, a veces, parece que todo lo antiguo, no sirve para nada, se supone que la modernidad, lleva consigo la comodidad, pero nos dejamos tantas cosas en el camino.
ResponderEliminarVivo en un pueblo, pero si quieres ver algo antiguo....es dificil encontrarlo.
Bonita entrada, con mucho sentimiento, besos:)
Bella descripción del escenario y sobre todo el amigo, el padre, el respeto al recuerdo del hijo (Lucas) en su ir y venir anual en época navideñas, para contemplar "Mi Belén" nuestro Belén... Agradezco la descripción que me ha permitido "ver" las grandes figuras de madera, pintadas como recortables, al fondo la bahía de Santander y un sin fin de recuerdos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Ramón
Bien descrito amigo, son los nuevos tiempos, ya respetan nada.
ResponderEliminarLa descripción… me mola: “GUAY”, es muy…. guay, has descrito a la nueva iglesia perfectamente.
Menos mal que Lucas ya es mayor, por que de no ser así, dile que ya no puedes llevarlo a ver el belén …
Un abrazo.
Una entrada preciosa y nostálgica, me encanta, yo soy de pueblo, al lado de Barcelona vivo, pero sólo quedan algunas calles con cierto encanto, el resto.... pues ya sabes, siglo XXI.... Besos :)
ResponderEliminarel pez grande se come al chico, y lo viejo que no da dinero se suple con lo nuevo aunque se monstruoso, pero dineroso, es una pena que borren nuestro pasado, pero para eso tenemos la memoria y el papel, para escribirlo, un saludo grande y no si te he dicho que yo vivi en santander, en astilleros , como siempre lo digo, no se si me repito como un pito, un saludote.
ResponderEliminarMe encanta la preocupación de las compañías eléctricas por las sanciones debido a los apagones. Será que España va bien.
ResponderEliminarA veces hace falta convertirse en un hombre para descubrir el significado de los momentos y el corazón me dice que así será, entre tanto ... si le tienes cerca, abrázale y recuérdaselo ... a la inversa te digo como amiga, que me pesa mucho no haber dado todos los besos y abrazos que hubiera querido a quienes no están y a los que están, la timidez se hace densa y cuesta más dar el paso una vez que te has reprimido ... pero en ello estoy Chanclas, el tiempo que me quede ... ha de ser como lo siento! No dudo que era un Belén precioso ... como tu corazón! Muacc
ResponderEliminarHay que resignarse a las pérdidas, la vida es movimiento
ResponderEliminar...ojalá dependiese de nosotros.
Saludos.
Todo cambia, los lugares, las personas, las circunstancias. Donde había una montaña, ahora una urbanización, la antigua ferretería, una franquicia. Por lo menos a tu iglesia la sustituye otra iglesa...
ResponderEliminarCuando no se puede cambiar presente, toca adaptarse y dejar el pasado para el recuerdo.
Un beso.
Parece que queramos ser siempre los más modernos. Me asombra ver como pequeñas ciudades cambian plazas antiguas con su templete clásico por otro de colores chillones, sin gracia ni arte solo porque los regentes de turno lo consideran moderno. Quizás vieron algo parecido en una revista o en un viaje a Dinamarca. El matiz difernciador del asunto es que los daneses o los holandeses o los suecos o... saben combinar lo moderno respetando y cuidando lo antiguo, aquello que consideran sus raices.
ResponderEliminarGracias, como siempre, por dar vuestra opinión.
perdón por mi ausencia. cosas de las mini-vacaciones, jiji!!! Besotes!!!
ResponderEliminarNO ESTOY SEGURA PERO CREO QUE TU BELEN NO A DESAPARECIDO SE SIGUE PONIENDO EN EL JARDIN DE LA PARROQUIA NUEVA...PASATE EN NAVIDAD Y COMPRUEVA
ResponderEliminar´Pues ojalá que así sea, amiga. Ese belen tenía el encanto de lo sencillo y aunque en ese nuevo entorno no será lo mismo al menos el barrio conservará ese resto de sus señas de identidad.
ResponderEliminarGracias por tu información.