Entrando en pista para despegue.
Las estadísticas dicen que el avión es el medio más seguro para viajar y que para sufrir un accidente mortal uno debe pasar más de 80 años viajando día y noche en un avión.
Con mi natural credulidad yo llego a creer incluso lo que dicen las estadísticas, esa especie de mentira certificada y homologada.
Aunque de escaso consuelo resultan las estadísticas si tu eres el uno entre NOSECUANTOSCIENTOSDEMILES al que le toca la china.
Hace unos días viví una experiencia en la que si que temí de verdad por mi integridad.
Viaje de vuelta a casa, sin retrasos y con un tiempo estupendo.
A poco del despegue comenzaron los primeros avisos.
Una serie de crujidos amenazantes me sacaron de la semisonnolencia en la que caigo automáticamente en cuanto comienza el vuelo (seguramente que será para no pensar en las estadísticas.)
Me desperté sobresaltado pero no descubrí el origen por lo que no tardé más de un par de minutos en volver a dormitar.
Enseguida los crujidos aparecieron de nuevo pero esta vez venían acompañados de bruscos movimientos del asiento delantero que amenazaba con aplastarme.
Mi susto hizo que me espabilase. Me confundí con la maldita estadística y ya no recordaba si había que volar 80 años u 8o horas para tener un accidente.
Mentalmente y en un instante mi cabeza hizo un calculo y descubrí aterrorizado que ya había sobrepasado la probabilidad estadística de que me tocase a mí y que mi vida estaba por tanto, en serio peligro.
Mientras que con una mano me apretaba el cinturón de seguridad hasta quedarme sin respiración con la otra me protegía del respaldo del asiento delantero que no paraba de moverse espasmodicamente.
Al volver la mirada observe que mi compañero de asiento se partía de risa.
Pensé que al muy energumeno se le habían fundido los plomos ante la inminencia del desastre.
Tan solo un gesto bastó para aclarar el malentendido. Un arqueo de sus cejas al más puro estilo Zapatero señalando hacia al pasajero de mi asiento delantero me bastó.
Entendí entonces que lo que unos instantes antes parecía ser el fin de mis dias era en realidad una pasajera de proporciones y peso digamos infrecuentes pretendiéndose levantar del asiento.
Por fin lo hizo y observé entre aliviado y estupefacto como avanzaba torpemente por el pasillo hacia el baño.
Afloje la presión del cinturón de seguridad y me preparé para volver al sueño en el punto en que lo había dejado.
Mientras lo hacía no pude dejar de pensar que dirían las estadísticas en cuanto a las posibilidades de que la autora de mis sobresaltos se quedase atascada en el lavabo hasta el aterrizaje.
Eros Ramazzotti y Laura Pausini versionan VOLARE de Domenico Modugno.
¿ Sabes? nunca he montado en avión... me aseguraré de apretar bien mi cinturón si lo hago.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu relato.
Mil besitos!!!
Ja, ja. Qué malas pasadas juega a veces la sugestión...y las estadísticas!
ResponderEliminarSaludos.
Jajajajajaja, buenísimo Chanclas, aunque te quiero puntualizar una cosa amigo:
ResponderEliminarLos gordos también tenemos derecho a viajar en avión, jajajajajajaja.
Yo creo que empiezo a estar en la zona de riesgo de accidentes, por las horas de vuelo que llevo sobre mis espaldas, no por tener 80 años… y las que me quedan.
Gracias por tu ayuda, seguí tus pasos, espero que se actualice ahora bien.
Modifique mi entrada, espero que esta vez funcionen los links. Un abrazo.
La mente y el miedo, nos juegan muy malas pasadas. El humor, muy buenas.
ResponderEliminarMe alegro de que tomases tierra sin más percances :)
Silvia, cuando lo hagas por vez primera, recuerda este post y vigila a tu alrededor. Un beso.
ResponderEliminarIndia no te tomes al pìe de la letra esta entrada. Hay mucho de exageración y un poquito de humor. Una de las mejores medicinas para el día a día.
ResponderEliminarUn beso.
Nano, tu eres un modelo de alta costura comparado con mi protagonista.
ResponderEliminarEn todo caso, lo que le digo a India, hay un poco de humor en la entrada. Aunque por momentos si que pensé que moriría aplastado en el asiento.
Un abrazo.
Älvaro, las estadisticas son algo que sirven para manejarlas según a uno le interese. Al menos eso es lo que yo creo.
ResponderEliminarEn cualquier caso seguiré creyendo que me faltan muuuuchos años de volar seguido para que me toque. Un abrazo.
Nunca sabes dónde te espera el peligro... pero, has pensado lo mal que lo debía estar pasando la pobre mujer? Si ya de por sí los espacios son agobiantes, no quiero imaginarme tal incomodidad.
ResponderEliminarUn beso.
Jajajaja, me reí, lo siento, pero me reí.
ResponderEliminarYo soy esa "japuta" que no tiene miedo a volar, que sueña con ser piloto de avionetas (algún día tendré pasta y lo haré), que cuando el aeropuerto al que vuelo me dicen que es pequeño, me mola más ... sí, esa soy yo. Pero claro, lo que no sé es si sé controlar el miedo a los movimientos desproporcionados de una mujer ídem ...
Genial tu sentido del humor, es un don tan preciado que ya empieza a escasear. Besitos
ResponderEliminarMuy buena entrada. Yo la verdad, es que nunca lo pienso cuando vuelo, ni en las estadísticas ni en las probabilidades, prefiero ser ignorante de esas cosas. Ahora, lo del sobrepeso es otro cantar, cuidado que debe ser incómodo hacer un viaje largo en esas circunstancias!!!!
ResponderEliminarCuriosa fotografía la que subes, llena de luz misteriosa. Me gusta el efecto.
un abrazo
Hache, me alegro de que te hayas reido. De eso, mas que de otra cosa, se trataba.
ResponderEliminarSaludos.
Estoy seguro de que así era, de que lo pasaba mal porque su tamaño era XXXL.Puedo decirte que una vez coincidí detras de Pau Gasol en un avión pequeño e iba más amplio que la protagonista de la historia.
ResponderEliminarUn beso
Ana te digo lo mismo que a Hache. Si te has reido, de eso se trataba. Hay que aprovechar los buenos ratos que, como bien dices, escasean.
ResponderEliminarBesos
Angel, la foto es de internet y está invertida con Photoshop.
ResponderEliminarEsta es la foto original http://img403.imageshack.us/img403/5862/avioncito1of12.jpg
Un abrazo.
Cuando viajo en aeroplano, siempre me hago la misma pregunta ¿Esto vuela? y la duda se despeja con resultado final... sin novedad Comandante, Ok.
ResponderEliminarPienso antes de subir, pero luego, una vez corriendo sobre la pista de aceleración, ya no hay vuelta atras. Buen viaje (en uno o otro sentido). Un abrazo.
Qué miedo.
ResponderEliminarYo he volado en pocas ocasiones pero lo mío con los aviones es una relación de amor-odio, porque voy muertita de miedo todo el tiempo, pensando que aquello que no cuelga de ninguna parte va a caerse de un momento a otro, y por otro lado, me gusta pillar asiento de ventanilla e ir mirando las nubecitas desde arriba o ver la tierra ahí, y toda su orografía
JA,JA,JA.ES MUY BUENA LA DESCRIPCION DEL DESASTRE AEREO, POR UN MOMENTO CONSEGUISTE PREOCUPARME. ESTE ES UNO DE LOS MEJORES RELATOS QUE HE LEIDO ULTIMAMENTE EN ESTE BLOG.ESTA VISTO QUE LO DIFERENTE, EN TODOS LOS AMBITOS DE LA VIDA CAUSA MIEDO.
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